Susana Szwarc
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Hebras - Susana Szwarc
Sí, vos:
guardame el corazón, guardame la palabra
corazón,
que desenrolle la espesura, se despliegue
como el hilo enhebrando el mundo
o el padre, ¿te acordás? Ese agarrar
del estante el fierro el libro la tela roja
que rueda sobre el mostrador hasta los pies.
Y la otra, tela del cielo
eléctrico. Encendidas las luces del campo,
sin concentración esta vez.
Guardame -amado- el corazón,
que la palabra se estire.
Su fundirse entre las barcas, los bosques de Alisos,
los cables tendidos a las patitas de las aves.
Que resuene nueva con las voces
y sea clara como la leche -no negra-del amanecer.
Para que se vuelva soleada la palabra,
ahora en tu boca
este corazón disparado.